Realmente son muy pocos los indicios respecto al
origen de la presencia humana en Teberga.
Hasta la fecha no se conocen restos oseos y los únicos signos de
presencia humana que hoy conocemos son exclusivamente restos líticos, de
“herramientas de piedra” que nos remontan al paleolítico.
Los
especialistas no se atreven a situar cronológicamente los hallazgos a la espera
de nuevos estudios, aunque al catalogarlos como pertenecientes al paleolítico
inferior, medio y superior, podemos estar hablando de una antigüedad de más de 40.000 años para algunos de los materiales hallados.
También es necesario precisar que en Teberga no se
ha realizado ninguna excavación arqueológica sistemática y que estos hallazgos
son de carácter casual.
En
primer lugar de herramientas como un hendedor, una raedera y otras piezas que
se han localizado de forma diseminada en el puerto de Marabiu
.
.
Raedera
En torno a La Sobia se han producido tres zonas de
hallazgos que parecen pertenecer a la última fase del paleolítico (desde 30.000 a 10.000 años de antigüedad): Cerca de Collado de Orcechón (en el
antiguo camino que lleva a Los Fuexos, en el Requeixu (también en el camino de
Sobrevil.la a Sobia) y por último en las inmediaciones de la laguna de Sobia.
El profesor González documentó ya en los años
setenta del siglo pasado un conjunto de “industria lítica” en el cordal de
Sobia y otro conjunto de piedras talladas de Entragu en Los Enos
Yacimientos:
Aún
sin estudiar en profundidad, ya han aparecido algunos abrigos y cuevas con yacimientos
aparentemente del paleolítico superior en los abrigos de Cuacartel en Marabiu y
en la hoz de Gradura con dos cuevas, la de la L.labanona y las cuevas de Entecampos.
Valle de Cuacartel en Marabio
En definitiva, sabemos poco al día de hoy, aunque bastante
más que hace unos años. El futuro nos deparará (a pesar de la escasísima
inversión en investigación, cultura y patrimonio) nuevos hallazgos y
conocimiento en un territorio que ya
desde la antigüedad más remota era un lugar de paso esencial entre la meseta y
la costa a través de la cordillera.
Francisco Javier García Valledor
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