El paisaje de Teberga no se podría entender sin las brañas.
Herederas de una forma de vida milenaria, aún sobreviven al paso del tiempo, también al olvido, una vez casi desaparecida su función original.
Las brañas o majadas (también mayada, mayáu, mayéu,...) son
conjuntos de cabanas o cabanones alejadas de los núcleos rurales tradicionales, y unidas a
la trashumancia estacional del ganadero. Las brañas son lugares situados en
zonas medias-altas de montaña, donde los pastos verdes abundan desde la primavera al otoño.
La etimología de braña se ha discutido durante mucho tiempo y, con
opiniones diversas; así para Corominas podría pensarse en un origen céltico,
*BRAKNA “prado húmedo”. García de Diego cree que se trataría de un desarrollo
de la palabra latina VORAGINE.
Más convincente resulta hoy en día situar el origen del latín
*VERANEAM con un posible sentido de ‘pastos de verano’.La palabra braña se
relaciona a veraner o lugar de verano; otras fuentes también las relacionan con
branu, verano en asturiano, o con lugares explotados durante el verano.
La palabra aparece por
primera vez en un documento del siglo IX (año 853) donde se dice: “braneas pascua quas uulgus dicit
seles".
En estos pastizales de altura están situados normalmente por
encima de los 1.000 metros de altitud. Estos prados de diente, que acostumbran
a ser comunales (aunque también en los últimos siglos hay prados privados en algunas brañas), juegan un papel predominante en la práctica de la
trasterminancia del ganado vacuno. Dos fechas marcan este proceso de inicio y fin
de la alzada: el 8 de mayo y el 29 de septiembre.
Su finalidad es la de dar cobijo al hombre y a su ganado, y
también conservar y guardar los alimentos. Las brañas colonizan y vertebran el
espacio natural, y han sido a lo largo de los siglos una pieza clave en el
desarrollo de la Asturias rural. En ellas se ha explotado secularmente el
ganado vacuno, ovino y caprino, en régimen de trashumancia estacional. Las
brañas forman un enorme patrimonio etnográfico que ha llegado a nosotros poco
desvirtuado aún. Asimismo, su situación y su adaptación al medio circundante,
hacen de muchas de ellas enclaves privilegiados paisajísticamente.
Hay varios tipos de brañas según la distancia a la aldea.
Por un lado están aquellas brañas situadas más bajas, las
equinociales, y por consiguiente más cercanas a las poblaciones, a las que
subía a la tarde para dormir en ellas y al día siguiente temprano regresar al
pueblo con la leche, trabajar en la faenas cotidianas durante todo el día y
regresar a subir al puerto.
En otros casos, en las brañas más altas y alejadas, se permanecía
todo el verano en ellas vigilándole ganado y elaborando productos como queso y
manteca. En ambos casos existen cabañas y otras construcciones que se ocupaban
según los movimientos.
Es en las brañas altas donde verdaderamente transcurría la vida de
los vaqueiros en el verano. Una vez por semana solían bajar los productos elaborados
al pueblo, pero el resto de los días vivían y convivían en la braña, donde la
cabaña tiene excepcional importancia, pues es el hogar veraniego.
La cabana y el cabanon es la principal construcción, donde convivían
personas y ganado, pero también hay otras construcciones para el ganado, como
los beyares o los corros, estos últimos, construcciones muy primitivas con
falsa cúpula y que servían para albergar ganado menor, terneros e incluso
personas.
Pero no sólo existían cabanas y corros, las fuentes eran muy
importantes, apareciendo en casi todas las brañas y, cerca de esas fuentes, las
ol.leras, pequeñas corras cubiertas donde se albergaban los productos (leche y
manteca sobre todo) para su conservación. Podían existir ol.leras comunales o
privadas, estas últimas cercanas a las cabañas, a las que a veces se llevaba el
agua mediante un pequeño canal de piedra o madera.
También el ocio tenía su espacio, con la aparición de boleras
donde se unían los vaqueros de varias brañas a descansar, hablar, incluso
cortejar. Todavía en algunas brañas se
conserva el topónimo “Xuego la bola”.
También era frecuente subir el ganado menor a las brañas: cerdos,
gallinas o cabras compartían el espacio con el ganado bovino. Se trataba de aprovechar
los recursos al máximo.
Las brañas, con sus construcciones y régimen de propiedad y con
sus formas de aprovechamiento de los recursos ganaderos, son, sin duda, una
muestra clara de racionalidad económica y constituyen uno de los elementos que
más ha repercutido y definido el paisaje y la cultura de las zonas altas de Teberga.
La colonización de los montes por parte de los pastores se remonta
al Neolítico. Las cuevas y abrigos al parecer serían los lugares utilizados
primigeniamente para guardar el ganado menor, añadiendo sencillos cierres de
muros de piedra, y ramas para dividir el espacio.
La evolución de las brañas de Teberga parece ser resultado de un largo
proceso pero es a partir de la Edad Media cuando nos han llegado más
información, empezando su declive a partir de mediados del siglo XX. De las
arcaicas y sencillas cuevas o abrigos naturales, los corros con techumbre de
piedra y tapinos y los chozos con cubierta vegetal, se ha ido evolucionando
hasta las cabañas con tejado de madera, llábanas (gril.landas) o tejas.
Cabana cubierta con teja y gril.landas
Cabana cubierta con teja y gril.landas
Desde el siglo XI, al menos, hasta el XV, y merced sobre todo a
los monasterios, las brañas se van multiplicando en Asturias y con ellas, asimismo,
la ganadería vacuna en régimen de trashumancia se desarrolla también de manera
importante. Este periodo podría corresponderse a una primera fase de desarrollo
de las brañas, que estuvo marcada por la convergencia y uniformidad en lo
referente a su organización, tipo de construcciones y formas de explotación, es
decir, los pastos.
Desde mediados del siglo XV y sobre todo a lo largo de los siglos
XVI, XVII y primera mitad del XVIII, debido a numerosos factores (económicos,
sociales, políticos…) las brañas entran en una dinámica de lucha por unos recursos
que debían alimentar a cada vez un mayor número de población que, en el caso de
Teberga, eran los pastos de altura. Esta lucha territorial quedó plasmada en
multitud de documentos y en el propio paisaje mediante los cerramientos y
nuevas construcciones, al tiempo que van apareciendo otras muchas nuevas sobre
zonas de baldío.
El resultado de este desarrollo y por lo que a Teberga se refiere,
fue el gran número y diversidad de brañas que hoy aún existen diseminadas por
todas sus zonas medias y altas.
Prácticamente todos los pueblos de Teberga tienen una o varias
brañas situadas en zonas más elevadas de su entorno e incluso a una distancia considerable.
Las brañas, que ocupan espacios ricos en pastos y agua, son una forma de
aprovechar unos recursos por medio básicamente de la trashumancia ganadera.
Es decir, al llegar la primavera, la mayoría de los vecinos de los pueblos
llevaban parte de su ganado a esos
lugares hasta el otoño. La braña consiste, principalmente, en un área de pasto
donde el ganado pasea y pasta conjunta y libremente. Existen brañas donde,
además de los pastos comunales, cada vecino tiene uno o varios prados de siega cercado
con muros de piedra en los que recoge hierba que almacena en las cabanas o cabanones y en los que en otoño hasta su
ganado exclusivamente. Incluso en alguna braña existieron tierras de labor en
las que se sembraban y cultivaban gran variedad de productos: cebada, escanda,
patatas…
Otro componente fundamental de las brañas, tal vez el más
conocido, son sus construcciones, claro ejemplo de construcción popular al
igual que hórreos, fuentes o molinos. Estas construcciones responden a una
necesidad perentoria, se acomodan al medio por sus materiales y se armonizan
con el entorno; son una prolongación del medio y no lo deterioran.
Las
construcciones:
Los
corros
En muchas brañas las construcciones consisten en unos rústicos corros de piedra sin labrar y de falsa bóveda cubiertos de tapinos. Estas
construcciones son de escasas dimensiones, de tal manera que con frecuencia se
camuflan en medio del paisaje, y sólo sirven para refugio del brañeiro y para guardar
los xatos de corta edad. Algunos autores les dan un origen celta, herederos de las
construcciones castreñas.
El único material que se empleaba en su construcción era la
piedra, por ser ésta la más abundante en la zona. La disposición de las piedras
era tal que unas se van apoyando sobre otras sin utilizar ningún tipo de
argamasa, formando una falsa bóveda. Tienen una pequeña puerta de entrada y, en
algunos casos, un pequeño hueco a modo de ventana. La entrada se cerraba con
unos palos entrecruzados, aunque en ocasiones tenían una pequeña puerta de
madera.
Parece ser que son las construcciones más antiguas y, por tanto,
la primera forma de controlar unos espacios comunales baldíos, y que supuso,
por tanto, una paso importante en la transición del nomadismo hacia la
trashumancia ganadera. Representan una forma muy arcaica y extensiva de
explotar un espacio, por medio del pasto a diente de rebaños que suben a estos
lugares durante los meses del estío. Su incidencia sobre el medio es escasa, al
tiempo que los factores climatológicos condicionan y restringen la explotación
de estos recursos. Su papel económico, si bien importante, es subsidiario, y
las repercusiones sociales son de escasa relevancia.
Los chozos
Son construcciones similares a los corros, pero con techo de
madera cubierto por escoba o tapinos. El interior suele tener el espacio para
el ganado, un pequeño jergón para el pastor, y un hogar.
Los
cabanos o cabanas
Coexistiendo con los corros,
aparecen las construcciones de mayores dimensiones y robustez,
con planta rectangular; son las cabanas y cabanones. Suelen ser de planta
rectangular, con distintas soluciones habitacionales según la zona, que van
desde varios espacios, uno para el pastor, otro para la cuadra y otro para el
hierba, la adición de una solana o de un cuarto aparte para el vaquero, etc. En
los muros exteriores se localizan, en algunas, los peyerus, piedras donde se
colocaban los jarros con la leche, fuera del alcance de los animales. El
moblaje suele ser parco: un jergón, un hogar.
Puede ser de dos plantas: en su planta baja está la cuadra
para atar y alimentar al ganado, y encima el pajar; este desván estaba
comunicado con el exterior por una pequeña ventana llamada buqueirón.
Su techumbre es de madera, estando cubierta de vegetal o teja.
El brañeiru tiene el llar o lumbre, el camastro, algún comestible y unos pocos
cacharros para cocinar, algunas herramientas y arreos e incluso la leña seca
para el llar.
En estas brañas es frecuente que existan ol.leras o fresqueras en
las que guardar los recipientes con la leche. Suelen ser cavidades construidas
contra un talud o excavadas en el suelo y con una boca cuadrada hecha de piedra
labrada; por el interior suele discurrir una corriente de agua procedente de
alguna fuente próxima. LAS
Los teitos
Una variante peculiar de las cabanas es el teito, construcción
que aparece en Teberga y en el vecino concejo de Somiedo.
Los teitos son construcciones populares, de piedra sin labrar a
excepción de los vanos y las esquinas que se labran en bruto a base de
punteros; su principal característica reside en la cubierta, que es vegetal,
esencialmente de escoba. Todos los materiales procedían de los terrenos
cercanos.
Estas construcciones servían de vivienda para los vaqueiros durante la
época estival, mezclándose las personas con el ganado en una misma nave y
únicamente divididos por un pequeño entarimado de palos colocados horizontalmente
y clavados uno encima del otro; a veces esta separación sehacía mediante tabiques de varas de avellano entrelazadas. (Posteriormente se fueron construyendo cabanas para el vaqueiru)
Aunque en menor medida, también encontramos teitos circulares
Esquema de una cabana de teito:
La braña fue un sistema de explotación de los recursos ganaderos
altamente racional y eficaz, consistente, como ya se ha señalado, en desplazar estacionalmente
el ganado. La técnica de la braña se adapta perfectamente a las condiciones
ecológicas y orográficas de Teberga, razón por la cual el número de brañas es
elevado, más de medio centenar. En la actualidad, a causa de las
transformaciones económicas y tecnológicas, el uso y explotación de las brañas
sufrió cambios profundos. Por otra parte, el enorme descenso y envejecimiento
demográfico de Teberga es la causa principal de que hoy sólo se utilicen una
mínima parte de las brañas. Estos dos factores explican en parte el grave deterioro
en el que se encuentran estos complejos sistemas de explotación de recursos
ganaderos que, además y por otra parte, son un gran patrimonio
histórico-etnográfico. El deterioro afecta a todo el sistema de la braña (algunos
medios de acceso y caminos, zonas de pasto, abrevaderos y fuentes, olleras,
etc.) pero, sobre todo, se hace especialmente grave en los referentes a las
construcciones.
Hasta la primera mitad del siglo XX, cuando los pueblos de Teberga
estaban más poblados y la actividad agraria y ganadera era una de las bases de
la economía del concejo, las brañas siguieron usándose.
Hoy en día son un patrimonio cultural inmenso en grave riesgo de desaparecer,
como han desaparecido ya unas costumbres
y unas tradiciones milenarias.
En Teberga, se han contabilizado (y seguramente faltan
muchas) 45 brañas adscritas a pueblos y aldeas de todos los valles
teberganos.
Estas brañas son las siguientes:
o Fonfría
o El Val.le
o L.lamaraxil
o El Rebel.lón
o Tuiza
o Ventana
o Los Fuexos (Fresneo)
o Los Fuexos (Santianes)
o Cuevas
o Las Cadenas
o Aguil
o La Puerca
o Las Navariegas
o Vicenturo
o Cueiro
o Braña de Torce
o Braña de Carroceda
o Braña L.ladrona
o San Xuan de Volantes
o Sabariegos
o Sabariegos
o La Veiciel.la
o Murias
o Riomayor
o Braña l´Acebu
o Braña de Taxa
o Vosbigre
o La Forcada
o La Veiga d’Adientru
o La Veiga d’Afuera
o Berciniel.la
o Piedraxueves
o Pividal
o La Rebel.lada
o Las Segadas
o Braña del Troncu
o Valmuerto
o L.landurias
o El l.laguete
o Candanon
o Las Duernas
o Ganceo
o La verde
o Braña d´Arriba
o El Castiel.lu
o El Cogol.lu
(Si algún lector conoce alguna braña de Teberga no mencionada agradecería me lo comunicase)
o La verde
o Braña d´Arriba
o El Castiel.lu
o El Cogol.lu
(Si algún lector conoce alguna braña de Teberga no mencionada agradecería me lo comunicase)
Este artículo se ha realizado tomando como base fundamental el trabajo encargado por el ayuntamiento de Teberga sobre las brañas Teberganas que quedó sin finalizar al terminar la subvención de la consejería de cultura del Principado.
También hay que agradecer la labor de Juan José Gutiérrez Alonso (Juan de La Torre) que desinteresdamente pone su saber al servicio de los visitantes que realizan el recorrido por las brañas teberganas.
Francisco Javier García Valledor
También hay que agradecer la labor de Juan José Gutiérrez Alonso (Juan de La Torre) que desinteresdamente pone su saber al servicio de los visitantes que realizan el recorrido por las brañas teberganas.
Francisco Javier García Valledor