Esta fotografía se tomó tras la estaferia de Berrueñu,
al dejar limpio un zarru del Camín. En ella aparece un nial de Cerrica, el paxarín
más pequeño de la fauna tebergana.
No es raro ya que hace sus nidos entre la maleza y los
zarzales de los caminos o a las orillas de los ríos. Ese es el hábitat que
prefiere la más pequeña y huidiza ave de
nuestra fauna: La cerrica, conocida en castellano como Chochín común y Troglodytes
troglodytes como nombre científico.
En Teberga la población de cerricas tiene carácter
residente (no migratoria), pero en el invierno se ve incrementada con la
entrada de cerriques invernantes.
Es de pequeño tamaño, 9-10,5 cm de longitud con un aspecto rechoncho y una
cabeza grande en relación a su cola que es corta. Su plumaje es pardo-rojizo.
Una característica muy peculiar y que sirve para
identificarla es que cuando se excita suele sacudir y levantar su cola formando
un ángulo de 90 grados, antes de desaparecer volando.
Su canto sorprende por su sonoridad y recuerda algo al
del canario.
Se alimenta de insectos, capturando
entre la vegetación moscas, arañas, mosquitos, etc.
Francisco Javier García Valledor
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