Las
guerras carlistas son consideradas, sobre todo la primera, como una guerra
civil fruto de una doble confrontación:
Por una parte el
conflicto dinástico que se plantea con la muerte del Rey Fernando VII entre la
legitimidad de su sucesión por parte de su hija Isabel (que reinará como Isabel
II) y su hermano Carlos.
Y por otra, y fundamental, la tensión que ya se venía produciendo
desde la propia guerra de la Independencia y las corte de Cádiz entre quienes
querían instaurar un nuevo orden social (los liberales) y quienes pretendían
mantener el orden absolutista del “Antiguo Régimen”.
En la contienda se enfrentaron la España de los que querían instaurar
una sociedad más libre (la burguesía) y los que querían mantener un sistema
absolutista y estamental (Nobleza y sobre todo el Clero).
Cronología:
La primera guerra carlista (1833-1839): Se localiza con las
características propias de una guerra en el País Vasco, Navarra, Aragón y
Cataluña. En el resto será una guerra de guerrillas, de partidas que intentan
que el campesinado se levante contra el gobierno “cristino”, sin conseguirlo,
como en Asturias.
La segunda guerra carlista (1846-1849) Donde mayor incidencia tuvo fue
en Cataluña. En Asturias no se produjo ningún enfrentamiento
La tercera guerra carlista (1872-1876) se produce como respuesta a la
llamada revolución del 68 y se agudiza con la proclamación de la primera
república española (11 de febrero de 1873, hasta el 29 de diciembre de 1874)
La primera guerra carlista en Teberga:
En 1833 Teberga es
territorialmente el concejo que hoy conocemos tras la incorporación al mismo de
los cotos de Parmu y La Foceicha en 1827. Es un concejo totalmente rural en el
que el campesinado vivía ajeno e ignorante en la inmensa mayoría de los casos
de lo que sucedía en Madrid o incluso en Oviedo. Sus habitantes viven en una
situación de dependencia respecto a los señores (nobleza) en una vida cuyo objetivo
no era otro que el trabajo para poder sobrevivir.
A lo largo de 1834 se levantan las primeras partidas carlistas en
Asturias. D. Francisco Suárez Baiña comienza la guerra a lo largo de las
montañas limítrofes con Castilla, apoderándose de correos y manteniendo la
inquietud en una parte extensa del territorio, aunque sin noticias referidas al
concejo. Entre las partidas que se alzan en 1834 no hay ninguna de Teberga y la
más cercana en actividad es la de Aviles, de Cuervo Arango, que se mueve por
los montes de Salas y Miranda.
En 1835 la situación se caracteriza por el control de los liberales de
los grandes núcleos refugiándose en los montes las partidas carlistas que
tratan de apoderarse del correo oficial y hacer prisioneros. En Ventana y La
Mesa actúan guerrilleros carlistas.
En el segundo semestre de 1836 se desarrolla una activa campaña por
parte del general Carlista D. Miguel Gómez que entra por Tarna el 3 de Julio
flanqueada por los guerrilleros asturianos.
Toma Oviedo por unos días y sus fuerzas marcharon y contramarcharon
varias veces en Asturias donde finalmente deja una unidad: El batallón primero
de Asturias al mando de Flórez Collar. Este batallón fue derrotado en los montes de Somiedo, huyendo a Teberga
donde será atacado por una columna llegada de Oviedo que derrotó a los carlistas dispersándose por los montes.
Uno de esos
grupos dispersos “fue sorprendida en un
hórreo cerca de La Plaza (un sargento y varios voluntarios) y al no rendirse se estableció un vivísimo
fuego. Al fin el hórreo fue incendiado y los carlistas reducidos o acribillados”.
En el País Vasco, Navarra y Cataluña la guerra tenía unas
características distintas, era una guerra abierta por el control del territorio
y el ejército “cristino” necesitaba hombres. El reclutamiento de los mozos por medio de las quintas provocaban gran
malestar entre el campesinado: se perdían manos jóvenes lo que dificultaba las
tareas del campo y generaba enemistad del campesinado hacia el gobierno. Los
incidentes en los sorteos de los mozos eran frecuentes. Se producía numerosas
deserciones y exenciones por mutilaciones voluntarias de mozos que tenían que irse a una guerra que
ni siquiera comprendían.
En Setiembre de 1836 entra en Asturias por Unquera el general carlista
Sanz recorriendo la zona central y occidental de Asturias rechazado en Oviedo,
toma Gijón, para posteriormente entrar en Avilés
Las
autoridades envían el 1 de octubre una
circular a todos los
ayuntamientos en la que, entre otras cosas, "se prohibe expresamente, bajo pena de 10 años de presidio, prestar toda
clase de socorro y servicio a los rebeldes sin que pueda servir de excusa
pretestar la fuerza......."
".....tan pronto como se aproximen los rebeldes
a una localidad están obligados a deseampararles, huyendo y retirando sus
ganados a tres leguas de ellos, todos los varones entre 16 y 50 años,
incurriendo en pena el no hacerlo"
Finalmente
sale en dirección a León por el puerto de La Mesa a finales de Oct. 1836.
La primera guerra
carlista proseguirá hasta 1839, sin que consignemos ninguna noticia más en
Teberga.
Soldado del
ejército carlista
La tercera guerra carlista en Teberga:
Tras la revolución liberal de 1868 ,“La Gloriosa”, Isabel II sale de
España al exilio y se buscará una nueva dinastía (Amadeo de Saboya) aunque
finalmente se proclamará por las
Cortes la primera república española, el
11 de febrero de 1873, hasta el 29 de diciembre de 1874, cuando el pronunciamiento
del general Martínez Campos dio comienzo a la restauración de la monarquía
borbónica.
Documento
del archivo municipal de Teberga
En este contexto los carlistas comienzan a conspirar en 1869, a los
pocos meses de la revolución del 68, aunque el gran alzamiento no tuvo lugar
hasta 1872.
El carlismo
asturiano se venía preparando desde 1869.Se constituye una junta regional de
guerra de Oviedo y juntas locales en las grandes poblaciones. Cumpliendo la
orden de alzamiento del 14 de abril de 1872 la junta de guerra del Principado
inició las operaciones el 20 del mismo mes.
Timbre impreso
del real ejército del norte comandancia general de Asturias de 22 de Mayo de
1873
En Asturias responden un número limitado de partidas. En Teberga,
tampoco en esta ocasión, se alza partida alguna.
El único episodio que se produce en el concejo es el paso de la
partida de Viguri que partió de Oviedo el 24 de Abril de 1872: “Pasaron a La Plaza de Teverga y de allí a
Torrebarrio donde fueron apresados por
una columna de la guardia civil”. Una vez apresados se les traslada a
Oviedo, pasando nuevamente por La Plaza donde se les toma esta foto que aparece
en todas las obras sobre la tercera guerra carlista:
Partida carlista, mandada por el profesor del
Instituto de Oviedo D.Ruperto Carlos de Viguri que se alzó en Asturias en Abril
de 1872, después de pasar por Las Regueras, merodeo por Grado y Proaza, pasando
luego a Teverga, donde está hecha la foto, acosada por fuerzas de la Guardia
Civil, fueron hechos prisioneros en Torrebarrio (Leon) y deportados a Canarias,
posteriormente muchos de sus integrantes consiguieron unirse al ejército
carlista del norte.
La guerra
continuó hasta el 2 de Marzo de
1876, aunque su incidencia en Asturias fue diluyéndose hasta casi desaparecer
meses antes, siendo en todo caso acciones aisladas de grupos armados.
Conclusiones:
La creación de
partidas y las incursiones del ejercito carlista en Asturias tenía como
objetivo el levantamiento del campesinado contra el gobierno, pero en Asturias
como en muchos otros territorios penínsulares el campesinado se mantuvo
indiferente.
En teberga, como hemos visto ni
hubo partidas y los episodios militares fueron mínimos. El territorio del
concejo fue utilizado como lugar de paso o refugio.
La indiferencia o el rechazo al
carlismo no venía dado por la afección de los campesinos al régimen liberal, ya
que nuevo régimen liberal no vino a dar solución a la imposibilidad de acceso
del campèsino a la propiedad de la tierra. Al contrario, las rentas que había
que pagar al propietario subieron, y el pago debía hacerse en dinero, las
contribuciones aumentaban y, sobre todo, las quintas se intensificaron por las
guerras. El nuevo sistema liberal-constitucional no deparaba al campesinado
ninguna ventaja.
Pero, el campesinado tampoco se sumó al movimiento
carlista, que representaba la causa de una buena parte del clero y también de algunos nobles que en la medida en que eran los grandes
propietarios, eran quienes percibían las rentas, los derechos señoriales y los
diezmos.
Vale carlista
NOTA: En los
documentos de los plenos municipales que se encuentran en el archivo
municipal del ayuntamiento de Teberga no se hace constar en ningún momento
ningún acontecimiento relativo a las partidas carlistas o a sucesos bélicos
en el concejo
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Francisco
Javier García Valledor
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