De Mayu a Xunetu los caminos teberganos se van
llenando de pequeñas flores que surgen de los artos y junto con otras nos
ofrecen los olores y colores de nuestra tierra.
Nuestra Garameta es la llamada Rosa canina o el rosal silvestre. Las flores, solitarias o agrupadas en
corimbos, son de color rosa pálido o blancas, de 4 a 6 cm de diámetro, con
cinco pétalos.
Su nombre significa "rosa de perro",
posiblemente aludiendo al parecido de sus aguijones con los colmillos de un
perro. Según otros, porque esta planta se utilizaba en la antigüedad para curar
la rabia.
Esta rosa silvestre tiene una gran amplitud
ecológica, encontrándose sobre todo tipo de suelos, preferentemente en las
montañas. Es nativa de Europa, el noroeste de África y Asia occidental. También
ha sido introducido en Norteamérica y otras partes del mundo. Actualmente su
distribución es bastante amplia.
El ARTU GAVILANCERU O ARTUGANCIU (rosal silvestre) es un arbusto espinoso de hoja caduca de la
familia de las rosáceas. Este arbusto mide hasta 2 m de altura, con tallos
colgantes de color verde, cubiertos de espinas pequeñas, fuertes y curvas. Las
hojas están compuestas de 5 a 7 folíolos dentados ovales.
El artuganciu florece de mayo a julio y produce
frutos al final del verano o a principios del otoño. El BAILLARÓN (Escaramujo o
tapaculos) es una
fruta ovoide de color rojo intenso, de tipo cinorrodón, de un tamaño entre 1,5
y 2 cm.
El uso medicinal de la rosa silvestre lo conocemos
ya por documentos del siglo IX, en una
orden emitida por Carlomagno que reclama que en sus campos se cultiven una
serie de hierbas y condimentos incluyendo las "rosas caninas".
Francisco Javier García Valledor
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